Cocktail: Ruso Blanco

by - junio 30, 2017

Una película con un protagonista llamado “El nota” y sus problemas con una alfombra que daba ambiente fue la responsable de que una noche de verano a principios del Siglo XXI conociera este cóctel: el Ruso Blanco.

Esta película es El Gran Lebowsky de los hermanos Cohen, donde un enorme Jeff Bridges encarna tan entrañable personaje. Entre sus adicciones se encuentra esta bebida que toma durante toda la película como si fuera agua, una de sus muchas señas de identidad. Quizá la facilidad con la que se lo prepara es lo que más llama la atención, tanto o más que la forma en la que lo engulle.
Ver esta película acompañado de un buen Ruso Blanco es la mejor de las opciones, pero hazlo con tu mejor bata y sobre todo con una alfombra que de ambiente, que no hay que ser un triste. Es una maravilla.

A lo que íbamos. Un día cualquiera salimos de copas y en un lugar cuyo nombre ya no me acuerdo decidimos tomar algo. Mientras perdía la mirada entre las opciones de la carta, la canción del maestro Dylan “The man in me” me dio la respuesta. Y así fue como pedí mi primer ruso blanco. Dándole todas las indicaciones al camarero, obviamente, ya que ni había oído hablar de él.
Este brebaje sencillo, esconde tantos matices como “El nota”, su suavidad le hace parecer una bebida light pero esconde un carácter intenso. El primer sorbo deja una textura suave y melosa, densa… hasta que lo que esconde sale de golpe en estampida, un sabor potente y fuerte. La Kahlúa avisa y el vodka te tumba, la nata te ha engañado, y lo sabes.


Este cóctel puede tener el efecto de subida de un cohete espacial bien cargado así que con cuidado no os lo bebáis de un trago. Es un cocktail de sobremesa, de después de una comida copiosa, de una cena con amigos o de un día solitario. Se bebe despacio, no como un mojito, así que cuidado con la subida del alcohol. ¡Avisados estáis!

Ingredientes:
  • 2 partes de Kahlúa
  • 4 partes de Vodka
  • 2 partes de nata
  • 2 partes de leche
  • Hielo 
Preparación:
  • Usaremos un vaso ancho y bajo. Tipo los de sidra pero bajos. 
  • Ponemos un par de hielos al fondo y echamos las dos partes de Kahlúa. 
  • Después el vodka, para coronar con la nata y la leche. 
  • Ahora nos quedará un bonito cóctel a dos colores, solo falta remover un poco con la pajita y a disfrutar.


TIPS

  • Cuando hablamos de “partes” en coctelería es para adaptarnos al vaso que utilicemos en ese momento. En este caso dividimos el vaso en 10 partes iguales y así vamos midiendo la cantidad de cada líquido. Obvio que si quieres reducir el alcohol puedes poner menos vodka. 
  • En cuanto a los lácteos, yo he preferido no cargar tanto las calorías de la bebida reduciendo la nata y complementando con leche. Podemos usar leche evaporada y quitar directamente la nata. Aunque esta es la que da toda la cremosidad al brebaje. 
  • La Kahlúa es un licor de café, que yo suelo comprar en El Corte Inglés. ¿Podemos sustituirlo por un Tía Maria o similar? Si, pero no sabrá igual. La botella ronda unos 16€, pero merece la pena. 
  • El ruso blanco no sólo sale en El Gran Lebowsky. Es una bebida totalmente cinéfila. También sale en Catwoman donde piden un ruso blanco sin vodka, sin Kahlúa y sin hielo: un simple vaso de leche.

Un saludo

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2 comentarios

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Un abrazo!.
XoXo